Sal a la calle, mira a ese hombre en una motocicleta con una niña detras, una niña que oculta el rostro y te produce un vuelco en el estómago como si algo no estuviera bien, como si algo espantoso fuera a ocurrir entre ambos, ve los grafittis en todos los muros de la ciudad, en las casas, los edificios públicos, las esculturas y las piramides, incluso; levanta la vista y tropieza con los cables entre tu mirada y el cielo; camina dándote vuelta continuamente hacia un lado y otro. Es decir, teme. Teme por tu vida cada vez que sales a la calle. He ahí lo que tienes, esto es lo que hay.
El mundo es lo que acaece.
Foto de la distopía en: Alameda central
